domingo, 24 de enero de 2010

MI IDOLO



Hace unos meses apunté a mi hija Ángela al club de atletismo LLuïssos y también a la escuela de patinaje artístico para que se relacionara e hiciera deporte. Supongo que cualquier padre además de dar ejemplo, le gusta motivar a que sus hijos tomen la costumbre en su vida de hacer algo de deporte diariamente y crezcan con una actitud positiva ante la vida. Realizar una actividad física, por muy suave que sea, que ponga en comunión cuerpo, mente y alma, es algo imprescindible para el equilibrio.
Hace unos días decidió borrarse del patinaje debido a que nuestra idea de "esplai" y pasarlo bien fué pasando a otra más competitiva, la cual respeto y cada cual debe valorar para sus hijos.
En cuanto al atletismo, sólo ha querido ir los días de entreno porque la competición no le gusta. Parece que pocos entendemos esto y se le fue mentalizando para que este pasado domingo saliera en el cross de Mataró en la categoría correspondiente.
Después de una semana de descanso y retirado de estos lares, uno ve la cosa con más tranquilidad y atención. Y hoy iba con ganas de pasar un día en familia, nada más.
Una vez en la línea de salida, mi pequeñaja, se ha dado media vuelta y ha venido con la monitora diciendo que no iba a salir.
Para mi tener la actitud y la valentía de plantarse en algo que no le gusta y no tiene por qué hacer, ha sido muy positivo. Si uno lo piensa, cuando está rodeado de un centenar de niños, y es capaz de decir que "no", tiene muchísimo valor. A su edad ha sido capaz de tomar una decisión.
Luego, como le habían venido a ver las amigas y las primas se ha puesto a jugar por la montaña, a correr y a saltar, donde he observado que ella a su edad sí necesita moverse y lo hace de una forma espontánea y natural, aunque no se sienta atraída por hacerlo con un dorsal.
Me acuerdo que a esas edades, salí en una carrera ciclista , fui doblado y retirado, cogí tal trauma que no volví a competir hasta que lo hice de una forma más metódica después de unos años. Entonces si, empecé a ganar muchas carreras. Ei!! para, que no voy por ahí... Y qué? Podía haber seguido estudiando o dedicarme a cualquier cosa, sería tan sólo un camino más. Aunque ese me motivaba y lo escogí. Y es que no he parado de oír esta mañana que si más adelante, que si es pequeña... parece que se quería apagar un fuego suavemente con agua... para mi no tiene por qué el plantearse volver a competir, no eres ni mejor ni peor por correr más o menos rápido, o por ni siquiera salir en una carrera, y si he de elegir yo... pues prefiero callarme que no me toca a mi decidir por ella.
La sociedad es competitiva a todos los niveles y en este ambiente también se respira. Hace tiempo que me relaciono con gente que comienza a entrenar para acabar una maratón, salir a hacer algo porque te ayuda a estar mejor contigo mismo, y que no importa que nada ni nadie te alabe o ignore por tus resultados, es tu maratón. Y de ti depende. Si nuestros deseos los dejamos en mano de los demás, iremos dejando de brillar. Prestemos atención a nuestros hijos, nos guiarán.
(La mitad de la tarta elaborada por super Ana, fué a parar a un servidor... madre mía...)