A falta de la minutada que esta tarde vuelva a meter Wiggins al resto de contrincantes, excepto a su compañero Froome, le podemos dar ya por ganador.
Un ciclista impresionante y que parece que toda su trayectoria deportiva haya ido enfocada a que el domingo suba a lo más alto del podium. Chapeau!
Pero si me preguntan si este Tour ha sido emocionante... pues mi respuesta ya es otra. La previsión en el deporte, el acertar a priori las apuestas entre un máximo de dos corredores y uno del mismo equipo, hace que pueda ser un Tour disputado en las etapas, pero con una general fácil de vaticinar.
Y esto mismo...es lo que a mi personalmente, me aburre. Nada que ver con un Giro con las espadas en alto hasta la contrareloj, donde vibré de una manera muy diferente.
Por esa misma razón me debe aburrir tanto el fútbol, porque a principio de temporada sólo cuentan dos equipos, a lo que se añade que mi identidad hacia cualquier bandera y mucho menos mediante un deporte es cero.
Sobre Froome, tan criticado por sacar de rueda a su jefe en la subida, sólo pido que por el bien del ciclismo, escuche la oferta de Astaná, y luche el año que viene por el Tour que merece. Me ha encantado su falta de disciplina. Si a un ciclista no le hierve la sangre y se rebela al orden, mejor se dedique a la política.
