lunes, 1 de febrero de 2010

DISFRUTANDO DE MI TRABAJO

Después de unas semanas bajando los entrenamientos y curando uno de mis últimos cementerios de los que soy consciente, la competición, todo va cobrando otra dimensión. Salir a correr significa eso y sólo eso. No hay que pensar en nada, es uno mismo con su cuerpo y momentos en que la mente parece que deja de molestar. Por lo menos, en esta faceta, se acabó hacer las cosas por un objetivo que no sea el bienestar.
Cualquiera que va a trabajar cada mañana pensando que su jefe le dará por saco un día más, o los clientes, o los compañeros de trabajo... puede ser que haya llegado donde él ha querido en la vida, pero todos esos factores son circunstancias que a uno le acaban por frustrar, y aunque sigue en el camino, va perdiendo energía y vitalidad con el paso de los años. Los despiertos saben que cada uno tiene lo que se curra a lo largo de su vida, pero también hay que empezar a dar soluciones y actuar. Cortar con todo y empezar de cero cuando la montaña la hemos hecho muy alta, no es la solución. Por eso, se trata de reinventarnos en el mismo sitio, si somos capaces de ir cambiando en el mismo trabajo, en las mismas circunstancias, sin huir una y otra vez, podremos ver las cosas de otra manera y todo eso hará que se den las circunstancias ideales para que el siguiente paso no sea traumático, y lo acabemos dando, totalmente convencidos sin volver a caer en las mismas ataduras.
Podía haber seguido corriendo unos años más y creo a buen nivel, pero esto de que hablo, el adquirir conciencia de las cosas, te hace observar tarde o temprano que los ciclos se acaban cerrando y abrimos otra puerta enseguida. Lo nuevo sucede a lo viejo, y la vida es eso, un cambio constante, si decidimos aferrarnos, sufriremos mucho. Hay que ser responsable, vivir el presente y cuando uno es capaz de eso, empieza a ser emocionante cada día de nuestras vidas porque siempre podemos aprender algo nuevo y observar muchísimas cosas que antes nos pasaban desapercibidas.
Este cambio me ha costado, lo había hecho anteriormente pero con falta de convicción, y uno vuelve a hacer las mismas cosas si no es capaz de soltar el pasado. No se lo que me depara el futuro, pero es algo que yo estoy construyendo segundo a segundo y que he aprendido a no quejarme si algo no me gusta, pues yo soy el actor de mi obra.