viernes, 5 de febrero de 2010

APROBADO


Esta pasada madrugada me levanté a las 3.00 a.m. de la madrugada a calmar a la peque y ponerle el chupete.
La cabeza a esas horas es muy imaginativa y si he ido a la cama relajado y tranquilo, los primeros sueños suelen acompañar, con lo que el estado es el adecuado para sentarte un rato, ponerte música y soltar riendas, adonde uno quiera ir, sin límites, eso sí, sin implicarse, que pararía el presente, sólo observar.
Y hoy he aprobado, si, la signatura pendiente de ser padre, además con nota alta, y aunque se puede mejorar, lo dejo para otras vidas.
Lo curioso del tema, es que esta nota sólo se la puede dar uno mismo, nada ni nadie por muy bien o mal que te digan que lo haces. Tú y sólo tú, sabes donde está tu corazón mientras le cambias un pañal, le das un biberón, la miras mientras juega, mientras se carga mi portátil, mientras llora o cuando se despierta impregnándote de esa alegría infinita.
Si, no ha sido fácil, bueno, es una cosa fácil, pero todo lo que depende de nosotros, se hace super complicado.
Los dos últimos años de mi vida, han sido con la única misión de buscar esa alegría interior perdida de niño, la fortaleza, la confianza. Al principio el barrizal era extremo, todos pensaban que me estaba volviendo loco, y lo piensan, claro. Las actitudes de los demás, cuando uno no está fuerte, te afectan, no entran y salen de la misma manera.
Pero entrado a los 40 años, cuando todos miran la manera de buscar las pensiones más rentables, tener una segunda vivienda, o comprarse el coche de su vida, lo cual es muy respetable, yo tuve muy claro que buscar. Ha habido que hacer sacrificios como dejar el trabajo, o últimamente dejar de correr. Digamos, que con el granero algo lleno de paja, he podido olvidarme de las cosas externas y centrarme en mi mismo, sabía que ese era el secreto. Muy arriesgado, cuando hay familia por detrás, pero debía intentarlo. Me puedo conformar con poco, no me hace falta el móvil de última generación, pero lo que jamás me conformaré será con un ser una persona "mediocre" con una familia "mediocre". Quiero ser cada mañana una persona increíblemente feliz, no parar de dar gracias por ser lo que soy y por todo lo que veo a mi alrededor. Porque un día más puedo coger a mi peque, llevar a la otra al cole, mientras me cuenta las mil y una historias que para mi es lo más importante de la vida en ese momento.
Si, aunque esto no acabe nunca, el conocimiento de uno mismo, y cada día te llevas más sorpresas de lo que eres, veo que todo lo que hay alrededor mío ha mejorado y está valiendo la pena.
Ahora que el granero se queda sin paja, puedo salir con la mirada al frente, con muchísimos menos miedos que antes, más persona, si, hay muchos problemas y gente que quiere hacer la puñeta día tras día, pero la mirada nueva es de compasión, no contagiarme de todo eso y seguir adelante con mi vida diciéndome... "Víctor, eres grande y lo estás consiguiendo, eres un machote, estás contento, no te hace falta nada, ya lo tienes todo, te quiero".
Cuando uno es capaz de mirarse algo, un poquito, entiende de la misma manera que dentro de cualquier persona hay un mar de alegría, sólo es cuestión de sintonizar el canal. Si escuchamos y creemos en las personas, podemos ir pasando el testigo.