martes, 16 de febrero de 2010

SI HABLAMOS DE MARATON...

El otro día los muchachos se metieron la friolera de 35 kms entre pecho y espalda para preparar una maratón. Conozco a muchísima gente que nunca acumulará esa cantidad de kms en toda su vida, aún teniendo en cuenta los trotes ante cualquier paso de cebra por no ser atropellados.
La verdad es que en el mundillo del correr, es algo que es normal, y cuando las cosas se convierten en normal caemos en el peligro de no valorarlas como se merecen.
Y para mi esto es en lo que consiste el reto personal, en el proceso, en como una persona ante diferentes adversidades va viendo que puede superarlos y va ganando confianza en si mismo. Es salir de un sitio cómodo donde si uno no lo advierte, parece que es el centro, a un lugar donde empiezan a tambalear muchas más cosas de las que pensamos.
Después de una paliza de éstas se ve de otra manera si el niño llora, o si de vuelta a casa un coche te entorpece el paso o si al tomar un café, el camarero se olvida de ti.
Para mi esto es la mejora personal que se produce, es algo interior y que aunque sólo uno puede saberlo y no hay un crono para medirlo, es lo que te hace estar mejor contigo mismo y con los que te rodean.
Seguramente cualquiera que ha hecho un deporte sabe de lo que le hablo, y ahora es cuestión de preguntarse una y otra vez si se puede perpetuar ese estado de calma y quietud sin la necesidad de apegarnos a aquello que nos provocó esa sensación y si fuera posible con sólo correr una mañana 30', o sencillamente caminando, o mejor todavía, aprender a crear ese estado sólo con levantarte.
Claro que sí, si nos damos cuenta que necesitamos esa calma, iremos dando los pasos adecuados. Las pautas que yo he creado en mi empresa corporativa o las que cada persona quiera seguir, será lo de menos, lo importante es dar el primer paso y perseverar con absoluta confianza, aunque nos veamos sumidos en la oscuridad. Es un proceso más o menos largo dependiendo de cual sea nuestro centro hasta ese día y de las cosas que estemos agarrando antes de soltarnos del árbol. No se pude pretender llegar a nuestro interior mientras nos agarramos a tantas cosas que nos cegaran y nos pondrán la vista siempre en un futuro esperanzador o un pasado que siempre fué mejor. Primero hay que soltarse y luego ya jugaremos con las cosas que antes agarrábamos como condición a la felicidad.
La clave es ésta, vivir el presente, con responsabilidad, desde luego, y saber la manera que nos podemos acercar a él. En un mundo tan racional y gobernado por los pensamientos, es difícil explicar que son nuestros mismos pensamientos llenos de dogmas y patrones mentales los que hacen imposible vivir el AHORA. La experiencia y sólo ella nos puede acercar a ese estado mágico, pero con disciplina y al igual que entrenamos una maratón físicamente debemos entrenar otro tipo de facultades que nos acercarán a nuestro yo. No esperemos que sólo la edad nos impregne de sabiduría.