lunes, 31 de agosto de 2009

SEPTIEMBRE

Este mes nos planteamos muchas cosas, y por supuesto en lo que nos compete, el hacer una maratón en otoño. La consigna siempre es el trabajo diario, disfrutando de lo que se hace sin apegarse al resultado, sin que el reloj diga que hemos triunfado o fracasado. Qué absurdo, Dios mío! Si, las empresas funcionan así y la crisis es una consecuencia de toda esta locura, pero mi consejo una vez más, es que hagamos del correr un oasis en el desierto. Qué bueno sería que nos diera el agua suficiente cada día para no morirnos de sed e incluso poder dar agua a los que la necesitan.
El par de grados que ha bajado la temperatura se agradecen y confío que el turbo se encienda en alguna que otra maratón de octubre a marzo. Por lo demás, la motivación de ponerme un dorsal no es ni mucho menos la de antes, hay que dosificar las fuerzas y elegir con más prudencia las competiciones. Lo que me gusta es entrenar y que sea la primera acción del día que me obliga a reencontrarme conmigo mismo. Después de una sesión de una hora, uno se torna consciente donde está y que hay que seguir trabajando mucho en el desarrollo personal.
Los entrenos de mi grupo han comenzado y pronto estaremos sudando por los circuitos de siempre.