martes, 30 de septiembre de 2008

HAILE, LOS GO'S Y UN SERVIDOR


No podemos decir que hemos estado en la maratón de Berlín, sin antes rendir un gran homenaje a este extraterrestre llamado Haile. No sé si podrán o no, batir su marca, pero de los que estaban en la parrilla de favoritos es el número uno en simpatía y saber estar. Es diferente. De nada sirve hacer una hazaña deportiva, si detrás no hay nada más, si no transmites, si todo se queda en eso, una marca en un papel escrito. Creo que de Haile nos acordaremos muchos, sea o no recordman del maratón en los próximos años.


Lo siguiente en mencionar, es a mis admirados go's, que tras un verano de duros entrenos, han sabido compaginar familia y trabajo, para finalmente llegar al reto de Berlín. Todos lo han hecho con un 10, y aunque también han brillado en la parte física, ya habían triunfado hace muchas semanas en la parte humana, que para mi es lo más importante. Del primero al último han entendido que no estábamos tan lejos de casa, para hacer sólo nuestra carrera, sino que eramos parte de un grupo. No hay ganadores ni perdedores, ni mejores ni peores. En este grupo, los cracks por haber hecho marcones no deben tener más mérito que el que entre en 5 horas. Esta es la filosofía, que cada vez cuesta más entender, y me gustaría abolir el "tanto tienes tanto vales" en el deporte popular. Todos hacemos lo que podemos.

Y personalmente, mi carrera ha tenido dos puntos kilométricos muy importantes. El 21 y el 37 han sido la clave del domingo y de toda una vida, después de la neumonía y del parón. Es muy fácil entenderlo, para el que quiera, claro. Son los 400 metros que separan ambos puntos kilometros en línea recta y donde estaban animándome mi mujer Ana Belén, y mi hija Angela. El resto carece de importancia.

Una foto con Estrella y con Jaume.