miércoles, 27 de marzo de 2013

Vamos que nos vamos

La cúspide de la piramide son muy pocos, tienen la sartén por el mango, y el sistema ha tejido minuciosamente una red, para que cualquier acto de protesta sea aniquilado por los nuevos tanques del siglo XXI, los medios... a lo que se ha unido que el pueblo sea más individual que nunca. Es la moneda de cambio a tener un iphone en el bolsillo y querer salvarse y apartarse de los mediocres que no sabemos de qué va el tema...
Cualquier atisbo de protesta se enfrenta con unas leyes hechas a medida para que todo lo que ellos quieran sea anticonstitucional, y otros casos, como deshauciar gente indefensa, eliminar subisidios, el derecho al trabajo... derechos fundamentales de nuestra sagrada constitución se los pasen por el forro de los cojones.
¿Cómo se ha llegado hasta aquí? No hay que leer mucho...desde los años 70 hasta la actualidad,  la transformación del mundo capitalista liberal, con cierta protección del ciudadano, ha pasado a una sociedad neoliberal: se nos considera empresarios y el sueldo es un ingreso para invertir... nos tenemos que espabilar y el riesgo es parte del juego, así como privatizarlo todo.
A esto se añade que el ciudadano ha dejado de pensar y opta por las políticas más sencillas y cómodas y al igual que el futbol, lo cómodo es estar en uno u otro bando, y enfrentarse a muerte, sin ni siquiera saber qué defendemos o atacamos. Una estrategia más para que siga la rueda...Marionetas...
Quizás ha llegado el momento de entender que esta telaraña, este virus que mamamos desde pequeños, no se puede luchar con leyes hechas a su medida y llega el momento de que esto estalle de alguna manera... eso si, sin intermediarios. Ni siquiera el 15M me ha parecido algo práctico, se ha protestado mucho, pero luego cada uno  a su casa a seguir tragando. Unos cuantos gritos, luchas, pero la gaseosa se ha disipado.
Tiene que haber una forma que los políticos no etiqueten la subversión como gentuza, estudiantes, mendigos, artistas...no...alguna manera que todos queramos y podamos iniciar un cambio... que si hay 1.500.000 de firmas contra los deshaucios no nos chuleen, que el pueblo participe.
Y que si, que hay mucho holgazán, que se apunta al carro, pero tiene que haber unos límites y unas leyes, unas normas, para que poco a poco cambie todo, se eduque un poco más al pueblo y que aprenda a decidir. Que se instalen procesos por los que se pueda votar desde casa si queremos evitar una espantosa e histórica reforma laboral de tanto calado como la del 2012, la cual ni siquiera casi nadie ha léido.