viernes, 23 de marzo de 2007

MAS SOBRE ROMA

Pues Roma ha dado para mucho. Otro campeón de mi grupo y su crónica particular:

Bueno, como decía antes, esa salida tan lenta y desde tan atrás hace que todos los primeros 10 km sean continuos cambios de ritmo, acelerones y paradas para pasar por entre tanta gente, esquivar a un señor que se paró en seco al caérsele una lentilla y una señora mayor que se cayó al suelo al cruzar indebidamente.

Bueno agotador conseguir un ritmo sensato. Paso la media maratón en el tiempo pactado, y que alegría llego al 27 en perfecto estado, aquí, empieza mi alegría, se une a mi mi mujer que me va a acompañar hasta el km. 39, todo son risas, alegría hasta el 35, donde me da un poquito el muro, solo un poco, y que cosas, tengo una extraña sensación, sueño, si me paro me quedo frito..., mi mujer me da órdenes precisas, me empuja unos metros, otra vez, y otra, pero al final pone las cosas en su sitio, seguimos con el ritmo perfecto para bajar de 4:30, pero llega el 38, Plaza de España, y ahí catacrock, clavado, no respondo a órdenes y ánimos de mi esposa (incosciente de mi, imaginaros mi estado para desatender esas instrucciones) ando un rato, corro, ando, nos hacemos fotos en la fintana de Trevi, al final, con el engaño de una pequeña cuesta abajo consigo ponerme en marcha ...

Llega el Km 39, Altar de la patria, mi mujer se va a verme llegar, nos besamos, y sigo para adelante, paro en el avituallamiento del km 40, harto del adoquin y de las cuestas finales, junto las pocas fuerzas y llego a la meta, saludo a Victor, muy agotado, y me voy a por mi mujer, le doy la medalla (La mitad es suya per mérito propio, así que como no puedo darle parte se la doy entera), soy un hombre felíz, por terminar y por la suerte que tengo.

Como seguía teniendo mucho sueño me voy a dormir la siesta, por la tarde dormido y comido, soy capaz de subir las escaleras del Campidogio en Sprint, Shocked Shocked .

Si habéis llegado hasta aquí, diréis, y que pinta aquí Bin Laden?, pues en otro rato lo cuento.

jueves, 22 de marzo de 2007

CRONICA DE ROMA


Os pongo una crónica de una chica que empezó en Víctor GO! 06 preparando Barcelona y ahora en Roma ha realizado su segunda maratón. Es la esencia de lo que buscamos en el grupo. Esforzados que sacan el tiempo donde pueden durante 15 semanas para poder entrenar e intentar realizar una maratón. Las marcas pretendemos que pasen a un segundo plano y ayudarles en todo lo posible es nuestra gran ilusión.

Más que un club
Capítulo III y último



EL MÍSTER

Nos llevó como el director de la orquesta a sus músicos, respetando el sonido particular de cada uno pero a la vez exigiendo de nosotros lo mejor para que la música sonara como es debido. Participando de las bromas (menudo es él) y también de las comilonas (no se corta un pelo), de la ilusión y la emoción.

Nos sorprendió a todos con una reunión de concentración la noche antes de la carrera. Digo que nos sorprendió, aunque a pesar de ello lo encontramos de lo más natural, como si el equipo ya hubiera celebrado varias de ellas. Si Víctor dice que reunión a las 21:30, reunión a las 21:30. Ahí se nos coló un corredor ansioso de engullir consejos y a pesar de que todos nos sentíamos un poco incómodos por su supuesta incomodidad, lo cierto es que estaba de lo más tranquilo, a punto de cubrirse de gloria.

Atentos escuchamos sus últimas instrucciones y uno a uno nos fue repasando objetivos y estrategia. Y a partir de entonces… a volar.

La carrera

Tal como os ha aventurado Flashman los primeros 10 primeros quilómetros fueron un toma y daca para encontrar el ritmo adecuado. Me asusté cuando el primer kilómetro lo pasé en mas de 8 minutos, aunque si es verdad que esa es siempre mi táctica en las carreras empezar despacito para ir recuperando, ¿pero tanto? Bien es cierto que un embudo a pocos metros de empezar nos impidió correr y tuvimos que andar un tramo, cosa que para mí es un sacrilegio. Con todo y con eso y a pesar del caos en el avituallamiento del 5, iba avanzando terreno, más de lo esperado. En esos diez quilómetros conseguí robar 4 minutos a mi propia previsión (una lista con quilómetros y tiempo que llevaba enganchada en el reloj). Después de los saludos efusivos de mi prima y Laura, con foto incluida y habiéndome tomado el primer gel, percibí en el gemelo derecho un amago de tirón: -Tía concéntrate, que todavía estás en el 12 y si te viene el tirón tendrás que tirar como sea- Me dije. Así que intenté bajar ritmo y relajarme, sobretodo relajarme. Ahí pensé en Carme y sus remedios milagrosos, sus pilates y también en mi pasado yoguístico del que seguramente algo me queda. Mucho antes vi a Víctor en el bucle de la Vía Ostense, que lujo, tener a un luchador como entrenador.

En el 20 como quedamos me recoge Ana. Me comenta que el resto de los compañeros van bien, muy bien me dice. Yo, no hablo mucho pero sí que le cuento las pocas incidencias. –No hables, no hables. Me dice. -Tú dime lo que quieres, que estoy aquí para lo que necesites. Si quieres que te anime te animo sinó me callo-.

No sé si le contesté. Porque a partir de que ella me cogió solo pensaba en correr, despreocupada de todo lo demás: -Vas muy bien Montse, vas muy bien-. Eso me lo decía porque ella iba controlando a cuanto pasábamos el kilómetro y yo también, con mi lista de papel que ya se había partido en dos. La verdad es que lo recuerdo todo como un sueño y en los resquicios que todavía me permite Morfeo evocar están la sensación de que mis piernas iban solas y que Ana, de vez en cuando me decía: -Baja el ritmo, Montse, baja el ritmo. Disciplinada, aunque rebelde a la vez aminoraba la marcha, con su consecuente aprobación. En los avituallamientos no quedaban botellines pequeños de agua y nos apañamos con una botella grande que ella iba vaciando para llenar la más pequeña. Así íbamos empalmando avituallamientos, siempre con agua en las manos. También me llevaba los geles. Y yo solo tenía que pronunciar:-¡Gel! (arriba, abajo, pal centro y… pa dentro)

Los quilómetros iban sucediéndose, con los ánimos consecutivos de mi compañera: -Muy bien campeona, muy bien-. Y si, yo lo veía, iba bien, pero entre susurros le comentaba: -Todavía no hemos llegado, aún falta-. Debo confesar que a pesar que iba bien yo solamente tenía en mente una cosa, que a la llegada el crono de meta me marcara un 4 bien grande. Yo había salido con 4 minutos de diferencia y eso quería decir que tenía que avanzarme al crono de meta si quería que eso sucediera. Y a pesar de esa disciplina que tengo propia de mi idiosincrasia, mi parte más rebelde me instaba a desobedecer un poco las consignas de mi tutora. Cuando aminoraba, aminoraba porque ella me lo decía y en ese momento creía que era lo más prudente, pero no sé que pasaba que a los pocos metros ya estaba dándole caña otra vez.

Después del 35 creo que ya no era yo. Sólo piernas. Mi respiración (ya sabéis cómo respiro cuando corro) asustaba a los otros corredores, a los cuales iba pasando, bajo su absoluta incomprensión. Creo que fue en ese momento que me emocioné y me puse a llorar como una chiquilla. :-¡Llora Montse que lo que estás haciendo es muy grande! Pero deja las lágrimas para luego, que vas a llorar de alegría-. Ese fue el comentario de Ana. Sí, el llorar me restaba fuerzas y me contuve. Y entonces ya todo me resulto un poco más difícil. A pesar de ello le pedí que me ayudara, que me ayudara a bajar esos 4 minutos para que en el marcador figurara un 4:59:59. -Vas sobrada Montse, no te preocupes, vas sobrada-. Encontramos la liebre de cinco horas que me había pasado hacía bastantes quilómetros y que según mis cálculos iba demasiado deprisa.

Ahí empecé a desfallecer y Ana se cebó conmigo: -Venga, Montse, venga. Ya lo tienes. Está ahí. Mira lo poco que te queda. Apóyate en el grupo de cinco horas. Venga métete en el medio y apóyate-. Todo eso con empujoncitos en la espalda. Pero al entrar dentro del mogollón la perdía y giraba la cabeza hacia atrás, buscando a mi preciado talismán. –No te preocupes por mi, tu sigue, sigue hacia delante y mira al suelo- Efectivamente los adoquines eran traicioneros, aunque en ese momento, eso era lo de menos, ya que desde hacía rato solo veía pies. No sé de donde saqué las fuerzas, pero lo cierto es que pasé al grupo y me situé delante de él, pudiendo gozar de nuevo del apoyo incondicional de mi pareja. A partir de ahí hasta el final no dejó de animarme y creo que la gente que íbamos pasando debería quedar alucinada. –Sólo te quedan 20 minutos Montse y tendremos el Coliseo en nuestras manos. Venga, venga, campeona, que eres una campeona-. El repechón final me resultó como una patada en el vientre, creo que de todos fue el peor, aunque debo deciros que en toda la maratón no noté el calor ni tampoco los desniveles. Mi mente estaba transpuesta, enfermiza por el ansia de correr.

Y así fue, acariciando el asfalto, de lo que en algún tiempo fueron vías romanas, como llegamos a tocar el Coliseo que se rindió a nuestros pies cuando después de haber cruzado la meta nos fundimos en un abrazo que inundamos con nuestras lágrimas.

Allí nos esperaba el artífice de todo ello, visiblemente emocionado e incrédulo de lo que veían sus ojos pequeñitos de ratón. Aunque no le pude ver las lágrimas, adiviné pupilas humedecidas cuando agradeció a su mujer lo que había hecho aquel día por él.

Minutos después Ana me confesó que había corrido enferma, aquejada de un dolor en la boca del estómago que llevaba arrastrando desde el día de la salida de la expedición.

Hace algunos días un compañero nos deleitó con un artículo que saldría publicado en una revista deportiva para corredores. En él, tomando a nuestro compañero como ejemplo se preguntaba el articulista el significado de esas ansias por correr. Yo desde luego no soy la persona más idónea para contestar ya que llevo muy poco tiempo en este deporte, pero lo que si puedo asegurar es que sabiendo que el amor se puede manifestar de muchas maneras, sin duda el correr es una de ellas.

Veni, vidi, vici

Besos

Montse

miércoles, 21 de marzo de 2007

CONQUISTAMOS ROMA







Después de Barcelona hemos disputado la maratón de Roma, donde el éxito recayó en la convivencia de la familia Víctor GO! durante los 4 días que duró nuestro stage.

Los resultados acompañaron a la mayoría a pesar de los últimos kilómetros que tienden a subir y se pierde un tiempo importante.
El viaje organizado por Sportravel y con la presencia de su gerente Joan Boada, el cual repitió maratón después de Barcelona, fué todo un éxito.

lunes, 5 de marzo de 2007

MARATON DE BARCELONA




El primer reto del 2007 se zanjó ayer con un día terrible por la calor (25º) y humedad en la ciudad de Barcelona más propias de verano.

El grupo se comportó de una forma majestuosa y se dejó la piel en el asfalto para poder llegar a meta. Nuestro querido Rafael Jofresa no superó marca por segundos, aunque nuestro objetivo era más ambicioso. Las temidas rampas se apoderaron de él en el km 30 y ya todo fue un calvario para llegar.

Una vez más Luis Enrique que no pudo correr por lesión y muchos ex-socios de Amsterdam nos apoyaron durante toda la carrera demostrando que las marcas son muy secundarias en este grupo y el valor humano es el que perdura.

Personalmente, y no me gusta poner excusas, debido a una afección estomacal, mi buen estado de forma se fue al traste y después de pasar en 1h10' la media maratón, gracias a la magnífica liebre (Granadero), un vacío de fuerzas se apoderó de mí, acabando en 2h27'. Roma?

Os pongo las estadísticas del grupo,aunque para mi preparar una maratón y poder correrla es ya un éxito. De una maratón a otra hay un mundo, y si en Amsterdam se llegaba a más del 90% de éxito, aquí ha tocado sufrir incluso a los que lo tenían todo de cara, llegando a un 70% que no está nada mal. No obstante tan sólo 2 personas se quedaban fuera de mi lógica maratoniana, quedándose los 9 restantes que no lo lograron, a segundos o pocos minutos de la mejora.


47 EN LINEA DE SALIDA
44 LLEGADOS
33 CUMPLIENDO OBJETIVOS
11 FUERA DE OBJETIVO
3 RETIRADOS

Ahora quedan Roma y París para unos cuantos más. Allí estaremos intentando como sea que Rafa Jofresa rebaje su marca ofreciendo mi ayuda como liebre.

Gracias a todos por el seguimiento que habéis tenido estos meses.
Imagenes cedidas por Albert Llambrich, Jordi Fernandez, Xavi Papell, Enric A.