he aprendido a ver la belleza de un amanecer,
de un árbol,
de esa gaviota que al mirarla día tras día,
me refleja mi estado interior...
o la majestuosidad de mi propia respiración...
porque esa búsqueda es la misma que me está matando,
la propia búsqueda anula el amor,
es algo tan inmenso
que va más allá del pensamiento,
de cualquier deseo por ser mejor,
de un esfuerzo, de un control...
quizás no hay sendero, ni meta
y haya que estar quieto
para que sea él quien te abrace....
libre de cualquier resquicio del pasado
con una mente fresca, renovada,
liberada de juicios y catálogos,
de conceptos, de palabras,
de libros...
algo que una mujer como tú,
quizás sin saber de qué te hablo,
es capaz de apoyarme
y ayudarme a seguir quitando manchas
y quizás algún día entre la luz
con toda su inmensidad.